Vino Tinto Parajes de Callejo
Vino Tinto Parajes de Callejo es un Crianza de alta calidad elaborado por Bodegas Félix Callejo. Es un vino muy aromático y complejo de la D.O Ribera del Duero.
93 Tim Atkin | 93 Suckling
Edad: Crianza
Bodega: Bodegas Félix Callejo
Tipo de madera y tiempo de paso: Crianza en barricas de roble francés durante 12 meses.
Nota de cata para Vino Tinto Parajes de Callejo:
Nos ofrece a la vista un intenso color picota, con un ribete de tonos cardenalicios.
En nariz resulta muy aromático, primario, con apuntes de fruta roja y negra silvestre, romero, lilas, monte bajo, orégano, canela, notas de confitería.
En boca es complejo y estructurado, madera muy integrada, paso muy frutal, ciruela negra y arándanos, finos ahumados, carácter mineral con un persistente final.
Temperatura de servicio óptima: 14° C.
Un maridaje: Revuelto de ajetes, setas y gambas.
Ingredientes: 1 bote de ajetes cocidos, 300 gr. de gambas pelada cocida, 300 gr. de setas, 2 huevos, 2 dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra y sal.
Elaboración:
- Limpiar con un trapo limpio y húmedo las setas, no lavar para que no absorban el agua. Cortar y reservar.
- Escurrir bien los ajetes y reservar también.
- Poner en una sartén aceite y añadir los ajos troceados. Cuando estén dorados añade las setas. Cocina durante unos minutos hasta que la seta vaya quedando blanda y añade los ajetes. Removemos y salpimentamos.
- Añadimos las gambas y cocinamos hasta que la gamba esté de color banco-rosado. Añadir los huevos batidos y cocinar a fuego lento moviendo para que se mezcle todo con el huevo.
¡Una plato fácil y exquisito!
Félix Callejo nace en Sotillo de la Ribera, dentro de una familia con una larga tradición en el mundo del vino. Tanto su abuelo Faustino, como su padre Félix, poseían viñedo, además de ser “corredores de vino”, una especie de agente comercial, encargado de vender las partidas de vino elaborado en Sotillo.
A los 16 años, tuvo que asumir las riendas del negocio familiar tras la muerte de su padre. Inquieto por naturaleza, siempre tuvo el sueño de elaborar su propio vino.
La recompensa llega en 1989, cuando sale a la luz la primera cosecha. Desde el principio su máxima ha sido la de dar a conocer la grandeza de nuestros vinos, haciendo viajes por todo el mundo, desde Japón hasta América, asistiendo a Ferias, contactando con nuevos clientes. Ha sido pionero, siempre con su botella debajo del brazo, al introducir los vinos de Ribera del Duero, en países donde apenas había cultura del vino.