Vino Tinto Majuelos de Callejo
Vino Tinto Majuelos de Callejo es un Reserva de gran elegancia con un paso en boca jugoso y amplio. Un vino especial de Bodegas Félix Callejo con D.O. Ribera del Duero.
95 Tim Atkin | 93 Suckling | 92 Peñín
Edad: Reserva
Bodega: Bodegas Félix Callejo
Tipo de madera y tiempo de paso: Se descuba a barricas de roble francés nuevas y de 1 año para realizar la fermentación maloláctica. La crianza se prolonga en las mismas barricas durante 18 meses con trasiegos para eliminar las lías.
Nota de cata para Vino Tinto Majuelos de Callejo:
De color picota violáceo bien cubierto.
Complejo y muy aromático. Gran elegancia donde destacan notas de ciruela, arándanos, zarzamora, pimienta, tomillo, caco en polvo, finos cueros, hojarasca, maderas aromáticas.
Jugoso, amplio, fresco y de gran estructura y equilibrio, sensaciones de fruta roja y negra, florales, sotobosque, canela, nuez moscada, notas de pastelería. Largo final primario, lácteo y especiado.
Temperatura de servicio óptima: 14° C.
Un maridaje: Medallones de venado.
Ingredientes: 1.500 gr. de solomillo de venado , 12 ciruelas pasas sin hueso, 1 ramita de tomillo, 350 ml. de caldo de carne, una pizca de sal y pimienta, ¼ cuchara de canela molida, ¼ cucharadita de clavo molido, 125 ml. de vino tinto (Majuelos rva.), 50 gr. de mantequilla, 1 cebolla picada y 1 diente de ajo picado.
Elaboración:
- Mezclar el vino tinto, las ciruelas, el tomillo y el caldo y llevar a ebullición durante 3 minutos. Retirar, tapar y reservar.
- Cortar el solomillo en medallones. Mezclar la sal, la pimienta, la canela y el clavo y espolvorear sobre la carne.
- Fundir la mantequilla a fuego medio-alto y dorar los medallones durante 4 minutos por cada lado. Retirarlos de la sartén y reservarlos calientes.
- En la misma sartén saltear la cebolla y el ajo, sin que tomen color y añadir la mezcla de vino.
- Llevar a ebullición, bajar el fuego y reducir el líquido a la mitad. Servir los medallones regados con la salsa.
Una exquisitez. ¡Buen provecho!
Félix Callejo nace en Sotillo de la Ribera, dentro de una familia con una larga tradición en el mundo del vino. Tanto su abuelo Faustino, como su padre Félix, poseían viñedo, además de ser “corredores de vino”, una especie de agente comercial, encargado de vender las partidas de vino elaborado en Sotillo.
A los 16 años, tuvo que asumir las riendas del negocio familiar tras la muerte de su padre. Inquieto por naturaleza, siempre tuvo el sueño de elaborar su propio vino.
La recompensa llega en 1989, cuando sale a la luz la primera cosecha. Desde el principio su máxima ha sido la de dar a conocer la grandeza de nuestros vinos, haciendo viajes por todo el mundo, desde Japón hasta América, asistiendo a Ferias, contactando con nuevos clientes. Ha sido pionero, siempre con su botella debajo del brazo, al introducir los vinos de Ribera del Duero, en países donde apenas había cultura del vino.