Nuestra boca tiene la capacidad de recoger tres de los cinco sentidos que podemos poseer. Además del gusto y el olor (vía retronasal), hay una serie de sensaciones táctiles que se perciben en la boca. Se trata del cuerpo, la astringencia, la temperatura y las burbujas de gas carbónico.
Cuerpo
Podemos decir que es toda sensación táctil que produzca el vino en nuestro paladar. Ésta vendrá marcada por su graduación alcohólica, consistencia e intensidad de su sabor. Es decir, que el cuerpo es la cantidad de extracto seco del vino. O, en otras palabras, es la sensación de densidad y volumen que percibimos en boca. Para hacernos una idea, basta con imaginarnos por un instante una cucharada de miel en la boca. Esa sensación voluminosa y densa es el cuerpo.
Astringencia
Este término es designado para describir esa sensación de sequedad y causticidad en las encías, en la lengua y en el paladar debido al efecto de los taninos. Justo es esa desecación y constricción que se origina al entrar en contacto con las papilas gustativas y los tejidos de la boca lo que se denomina astringencia.
Temperatura
Entiéndase temperatura como la temperatura física en grados ºC del vino. No debemos de confundir el término con lo que vienen a ser los sabores frescos o cálidos, ya que éstos se deben a la acidez o alcohol del vino. La temperatura física nos da los grados centígrados a los que se encuentra el líquido. Es la temperatura táctil o la sensación seudotérmica que produce un vino y que depende de su propia composición. La temperatura adecuada realza la expresión de un vino, mientras que darle una temperatura de servicio demasiado fría o, por el contrario, demasiado caliente puede estropearlo.
Efervescencia
Es el fenómeno que se da cuando se desprenden pequeñas burbujas del gas carbónico del líquido. Juega un papel relevante en la textura de los vinos espumosos aunque, a veces, también se hace perceptible en vinos tranquilos jóvenes ese pequeño punto de gas carbónico en la lengua. Un espumoso de calidad siempre tiene que presentar una efervescencia fina con burbujas pequeñas.
Textura
La impresión táctil en su conjunto es un factor de calidad. A menudo se compara la textura de un vino con el tacto de las telas: seda, satén, terciopelo... También es de gran importancia el grado de suavidad que deja el vino en el trago en su paso por la boca.
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