Vino Tinto Áster Crianza con D.O. Ribera del Duero. Vino color picota elaborado con uva Tempranillo. Un Crianza complejo en nariz y de largo tiempo en boca de Bodega Áster.
91 Peñín | 90 Decanter
Edad: Crianza
Bodega: Bodegas Áster
Tipo de madera y tiempo de paso: el 70% del vino pasa 22 meses en barricas de roble francés nuevo y el resto, en barricas de roble francés de dos usos.
Nota de cata para Vino Tinto Áster Crianza:
De color picota, muy cubierto, denotando juventud en sus ribetes rubí.
Encontramos mucha fruta negra (moras, ciruelas), café, marrasquino, palo de regaliz y caja de puros. En boca tiene un ataque dulce y un paso potente, con fruta fresca a pesar de ser un vino maduro.
Los taninos de la fruta y de la barrica son dulces, pero la estructura tánica está muy bien armada. Queda largo tiempo en boca tras el trago.
Este vino fue una apuesta en la Ribera del Duero, a finales de la década de los 90, de la firma riojana La Rioja Alta y hay que decir que fue una apuesta ganadora. Consiguieron, desde la primera añada, darle a este vino la tipicidad de la Ribera. Para él, eligieron los mostos procedentes de la finca El Caño, que les parecieron los más adecuados para la elaboración de un crianza.
Temperatura de servicio óptima: 14° C.
Un maridaje: Codornices con cerezas.
Ingredientes: 4 codornices, 250 gr. de cerezas, 50 gr. de mantequilla, 1 copita de brandy, sal y pimienta.
Elaboración:
- Limpiar las codornices y atarlas con un hilo de cocina.
- Sazonarlas con sal y pimienta, untarlas de mantequilla y ponerlas a fuego medio a cocer en una cazuela de barro tapada para que se hagan antes, dándoles la vuelta de vez en cuando.
- Antes de terminar la cocción, añadir las cerezas y el brandy y cocer durante 5 minutos más.
- Quitar el hilo de las codornices y servir.
¡Buen provecho!
Áster se construyó en el año 2002 con una estética intemporal y elegante. La casa solariega, abierta al enoturismo, se integra naturalmente en las instalaciones de la bodega en la que destaca la sala de elaboración, una nave diáfana desde la que se divisa el viñedo y, con un punto de atracción visual, varias hileras con las bocas de los depósitos de acero inoxidable.
Ahí se emplaza, en tiempo de vendimias, la mesa de selección por la que pasan todos los racimos antes de iniciar su ‘viaje’ por una bodega dotada de la más alta tecnología. La nave de barricas, con capacidad para 4.000 unidades, es otro de los atractivos para el visitante. Actualmente reposan en este habitáculo, al amparo del exterior, 2.700 barricas de roble francés en las que se crían los vinos destinados a Áster Finca El Otero y Áster Crianza antes de redondearse en los silenciosos botelleros.
